El reciente descubrimiento en el Reino Unido de la presencia de ADN equino y porcino en diversos productos alimenticios puso a la vanguardia la pregunta sobre cuánto sabemos acerca de lo que comemos. Haciendo un repaso de lo sucedido, podemos concluir fácilmente que muy poco.
Recordemos que el escándalo tejido alrededor de la de caballo comenzó cuando la Autoridad de Alimentaria de Irlanda (FSAI) encontró de carne de dicho animal y de cerdo no etiquetada en hamburguesas congeladas que eran comercializadas por grandes cadenas de supermercados. Según la investigación de dicho organismo, una muestra extraída de las Tesco Everyday Value Beef Burgers –supuestamente hechas con carne vacuna- contenía alrededor de un 29 por ciento de carne equina, cifra en absoluto desestimable.
A partir de esto, una enorme cantidad de casos similares fueron surgiendo en toda la Unión Europea, haciendo que diversos alimentos distribuidos por reconocidas marcas, como por ejemplo Nestlé, debieran ser retirados rápidamente de las góndolas. Mientras tanto, el debate sobre las razones de dicha situación sigue creciendo en todo el mundo.
Pero esta no es la primera vez que un producto alimenticio da sorpresas por el estilo. Algo parecido, aunque mucho menos difundido, sucede con la miel que compramos en los supermercados, la cual suele no tener polen (parte esencial de aquélla), en pos de que su color sea más claro, cristalino y ‘amigable’ para el comprador.
Veamos entonces qué otros alimentos contienen ingredientes inesperados. Puede que después del repaso que sigue no quieras volver a ingerir varios de ellos.
1. Escarabajos
Quedarás impactado al enterarte de que muchos yogures, jugos, carnes y dulces obtienen su coloración rosada a partir de escarabajos. Las cochinillas hembras son criadas, secadas y molidas para crear una pasta roja que tiñe a los alimentos.
2. Aceite de pescado
Muchos de los productos que dicen estar enriquecidos con Omega3 (como la margarina, el aceite de oliva y el pan), suelen contener pescado en lugar de fuentes vegetales. Si eliges dejar de lado cualquier tipo de derivado animal en tu dieta, deberás prestar atención y evitar este aceite.
3. Colágeno
Es un elemento activo que se obtiene de diferentes partes de animales, especialmente tendones, piel de cerdo, cuero de vaca y huesos molidos de ambos animales. ¿Dónde pueden encontrarlo? En la gelatina.
4. Lanolina
Esta cera natural de color amarillenta es usada para ablandar la goma de mascar que tal vez ahora mismo tengas en tu boca. No te gustará saber que la misma es secretada por las glándulas sebáceas de animales portadores de lana, como por ejemplo los corderos.
5/6. Pelo humano y plumas de pato
Encabezando la lista de ingredientes desagradables, encontramos la L-cisteína, aminoácido no esencial usado como potenciador de sabor y acondicionador de masa para productos de panadería como pizzas, galletas y pan, entre otros. ¿Su origen? El pelo humano o las plumas de pato.
Actualmente, la mayoría de los fabricantes de la L-cisteína dicen haber dejado de emplear cabello para obtenerla. Esperemos que esto sea en verdad así.
7. Rennina
Es una enzima que se encuentra en el estómago de los bovinos y que se aplica en algunos quesos para separar la caseína del suero.
8/9. Castor y civeta
La misma sustancia que segregan naturalmente los castores para marcar su territorio, es la que le da sabor a frambuesa y vainilla a determinados alimentos. Castoreum es una secreción amarga, fuertemente olorosa, producida por las glándulas anales del animal. ¿Cómo advierten las etiquetas su presencia? Indicándola como “saborizante natural”.
10. Huesos de animales
Éstos se aplican en diversas formas. Un ejemplo lo proporcionan algunas elaboradoras de sushi que usan la ralladura del esqueleto del atún para su preparación. Otro caso es el azúcar. ¿Podrías creer que para decolorarla la mayoría de las empresas utilizan huesos carbonizados (carbón animal) en los filtros? Deberías comenzar a hacerlo.
¿Qué opinas sobre estos ingredientes pocas veces declarados en las etiquetas de los productos?
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